Hace 5 años tuve la suerte de poder ir de viaje a Kenia. Allí conocí a Antonella, y luego eso me llevo a conocer a Lydia. Sin plan de trabajo, sin objetivos, pensando solamente en lo que se podía hacer en cada momento empece a trabajar con Lydia. Lo que empezó sin mucho sentido hoy se llama Madrid Junior School, tiene 250 alumnos y en el trabajan casi una decena de personas.
En septiembre cumplí 50 años, y tuve la enorme suerte de poder celebrarlo con un montón de amigos y una familia de las de presumir. Entre todos me han regalado la posibilidad de hacer un colegio todavía mejor y mañana me voy a verlo por primera vez en directo.
Ayer daba clase en el IMBS y me toco abrir el master, y pude hacerlo hablando de porque emprender. Tenemos la imagen cultural de que el trabajo es una maldición y que si trabajas muchas horas no puedes ser feliz, por eso uno de los alumnos me pregunto si yo era feliz haciendo lo que hago. Emprender me hace feliz.
Lydia es una emprendedora que está trasformando la realidad en la que vive, y a mi me está dejando poner mi granito de arena. Emprender es la mejor manera de cambiar las cosas, y además serás feliz en el camino, y si encima funciona no te quiero ni contar, y si al final ganas dinero eso ya tiene que ser la leche. 😉
Yo tengo la suerte de tener una familia estupenda, un montón de amigos, un montón de proyectos que me ilusionan. Soy un tipo con suerte.
Mañana me voy a Kenia, a trabajar allí en el colegio, y compartiré aquí y en twitter este viaje, al que voy (lo confieso) un poco «acojonado«.