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No son mejores pero si son de buena familia.

Hace muchos, muchos años estuve muy cerca de la gente de «buena familia», y ellos tampoco son mejores, pero el ser de buena familia ayuda.

Yo no sabía lo que era la consultoría de negocio de alto nivel, ni lo que era hacer un master en una universidad de prestigio, tampoco en mi familia se hablaba de empresas,o marketing, o tenía la oportunidad de estar cerca de grandes empresarios. El mundo de la empresa me era completamente ajeno, todo mi entorno (familia, amigos, vecinos) estaba rodeado de profesionales de distintos niveles de cualificación, pero de profesionales y no de empresarios.

Cuando eres de buena familia puedes ir a los mejores colegios, a casa de tus padres van empresarios, o gente cercana al mundo de la empresa. Recuerdo a uno de ellos que me decía: «claro que conozco a X, tenemos el chalet en la misma calle en Gstaad, seguro que la veo este fin de semana». Cuando naces en ese contexto familiar todo es mucho más fácil, quizás por eso es tan complicado cambiar de «clase social».

Todo este rollo viene a cuento de que si estas en USA es como si fueras de buena familia, pero en lugar de familia lo que eres es del ecosistema adecuado. Y cuando hablo de ecosistema no hablo solo del dinero, sino de los valores y las ambiciones, las diferencias para mi mas importantes son:

  1. La preocupación por el futuro. La economía es muy potente pero muy dura y si con 60 años no tienes mas o menos resuelto tu futuro en le subcosciente colectivo está que vas a tener problemas y que nadie te va a a ayudar. En Europa, en el fondo todos sabemos que si nos va mal del todo es difícil acabar tirado en la calle del todo.
  2. La competitividad. Preguntaba a un emprendedor español  de éxito allí que porque había sido capaz de reclutar un equipo que ya había hecho mucha pasta en otros proyectos. Y la respuesta fué: «porque los americanos nacen para competir, les encanta competir».
  3. La admiración por el dinero. No se si por el dinero en si, o mas bien por el dinero como métrica del éxito. Aquí no admiramos al que tiene dinero, yo diría que casi siempre es mas envidia que admiración.

Pero todo esto viene acompañado por algo sustancial, y es la potencia de la economia. Todo es enorme, los números, las autopistas, las incubadoras, los fondos de VCs, las tiendas, etc.

Hice el viaje de NYC a Boston en coche son como 4 horas de autopista, y son 4 horas con autopistas de 4 carriles llenas de coches, con gasolineras con 30 mangueras, en las que siempre hay alguien comprando algo en el DD o subway correspondiente. Todo es actividad económica y la economía corre a un ritmo trepidante.

Pero al contrario que en la vida social, hoy tenemos la manera de cambiar de «clase social» podemos conectarnos directamente con la gente de «buena familia». La red nos permite estar allí, y yo vuelvo decidido a aprovechar esa oportunidad.

Yo ya imagino que aqui ahora las cosas son distintas, ( y digo imagino porque otra de las cosas positivas que me he traído ha sido una buena carga de optimismo, y he decidido no mirar demasiado a la realidad que vivimos en Europa), pero prefiero quedarme con la energia de la gente de «buena familia» y pensar que algo se me habrá pegado.

 

 

Valores y emprendedores

Los emprendedores que yo admiro no se mueven por dinero, IMHO, emprender nace de la combinación de dos cosas:

  • La necesidad de «ganarse la vida»
  • La necesidad de hacer las cosas de forma diferente, probablemente porque has visto algo que los demás no han visto.

Los emprendedores que yo admiro tienen pasión por hacer las cosas bien, generan «buen rollo» en su entorno, buscan construir un proyecto en el que la gente pueda crecer, muchos tienen  preocupación  por ayudar a los demás.

Los emprendedores que yo admiro generan valor, y con ese valor generado generan riqueza, pagan impuestos, generan puestos de trabajo y en algunos casos si tienen suerte generan un cambio en su entorno.

Los emprendedores que yo admiro apuntan a problemas que son casi imposibles de resolver con los recursos que tienen, no cejan en el empeño de resolverlo a pesar de que todos les dicen que no se puede, que no merece la pena, que es demasiado difícil.

Los emprendedores que yo admiro cuidan a la gente que tienen a su alrededor, cuidan su familia, cuidan a los que trabajan con ellos, y saben que ayudar es rentable a largo plazo. Siempre están dispuestos a ayudar a otro.

Los emprendedores que yo admiro piensan a largo plazo, son capaces de sacrificar el corto plazo (en horas de trabajo, en dinero, en esfuerzo) por conseguir un bien mayor.

Yo no se si estos son los valores adecuados, o si son los mejores, pero algo me dice que con estos valores podríamos cambiar las cosas y construir una sociedad mejor y mas justa.

 

Valores

El último barómetro del CIS dice que el tercer problema (después del paro y la crisis económica) es la clase política y los problemas de corrupción. Y yo no comparto ese sentimiento de la mayoría de los españoles.

La clase política que tenemos (sin que sean de mi gusto) no son mas que un reflejo de lo que somos, y aunque es una postura nada novedosa intentaré resumirla en que:

  • Yo he podido leer y conocer todo lo que quería de los partidos y opciones políticas disponibles.
  • Yo puedo expresar lo que pienso sin coacciones.
  • A mi nadie me ha dicho lo que debo votar, yo lo he hecho siempre en libertad (antes del 77 no tenía edad 😉 ).

Creo razonable asumir que también es el caso de todos los demás. Hemos elegido lo que hemos querido, y si no los hubiéramos votado no estarían donde están. Todos aceptamos colectivamente esos comportamientos, muy probablemente porque cerca de nosotros también los aceptamos. Los problemas que vemos ahora nacen de nuestra manera de pensar, nacen cuando:

  • Nos llevamos los bolígrafos de la oficina,
  • No respetamos una norma que nos hemos dado entre todos,
  • Toleramos a los que hacen algo mal en nuestro entorno,
  • Nos escaqueamos, y nos reímos del que no se escaquea

Si en nuestros valores, en lo que nos ayuda a decidir lo que esta bien y lo que no, estos comportamientos no tuvieran cabida, entonces los políticos no serían lo que son, y la sociedad no sería como es.

Pero, claro, ¿quien tiene el techo de cristal?, ¿quien es capaz de comportarse siempre de esa manera? y por tanto: ¿quien se atreve a decir que el que se escaquea lo hace mal?….

El resultado es que ninguno de nosotros se atreve a decir que tenemos que cambiar nuestros valores, que tenemos que aceptar que en parte es nuestra responsabilidad.

 

Y aquí es donde caemos en la trampa, aquí es donde nuestro cerebro prefiere mirar para otro lado porque:

  • Es muy poco lo que yo puedo hacer,
  • Lo que yo haga no servirá de nada,
  • Si no lo hago yo lo hará otro, y
  • Ademas lo hace todo el mundo, no voy a ser yo el único pardillo

Y además no vivir de acuerdo a los valores a corto plazo es muy rentable, (te llevas los bolis a casa gratis, pillas un contrato público, o no contratas a la gente en condiciones adecuadas,….) . Ya estamos en la trampa, en un circulo vicioso:

  • Para cambiar las cosas hay que cambiar los valores,
  • Para cambiar los valores hace falta mucho esfuerzo y tiempo
  • Ahora no tenemos tiempo, y no nos gusta esforzarnos
  • No hacemos nada por cambiar y eso hace que cada vez sea mas difícil cambiarlos,

y entonces sobrevivimos en el corto plazo pero arruinamos el largo plazo. Quizás ahora estamos pagando la falta de foco en el largo plazo.

Pero yo no me rindo, y creo que debemos hacer algo por cambiar los valores de la sociedad. No pretendo saber cuales son los adecuados, ni como hacerlo, pero si tengo claro que si no cambiamos de valores el problema no se va  resolver.

No me rindo.

La crisis, los políticos, los valores, la sociedad, ……. (os ahorro una párrafo estándar)……

Yo no se como arreglarlo, ni tengo la alternativa, ni la capacidad, y tampoco la determinación para hacerlo. No estoy dispuesto a dedicar mi vida entera a hacerlo, no voy a dejar mi trabajo o mi familia o lo que me gusta hacer. No soy un tipo excepcional, ni tengo la capacidad de sacrificio y entrega que haría falta.

Pero eso no me parece razón suficiente para por lo menos no intentarlo, y eso es lo que he decidido hacer, no rendirme, no dar el problema por irresoluble, no aceptar que esto no tiene arreglo.  Así que he decidido no rendirme, voy a intentar hacer algo, será seguro que muy poco, será  probablemente muy torpe, probablemente inútil, y naif.

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Pero me da igual yo no me voy a rendir. Si te sientes identificado con la viñeta permanece atento a este blog, me encantaría decir como dijo  Dave bowman:

pero yo me conformo con decir que algo va a pasar.